Mediante una danza ancestral presentado por el grupo ´las parvulitas´ del colectivo Tren de la Esperanza empezó la recordación por el Día de la Cultura en la provincia de Santa Elena, el rito fue dedicado a la madre naturaleza, al dios sol y al padre de la lluvia.
Los danzantes vestían trajes con similitudes a la piel de animales salvajes, sus movimientos audaces en el acto tenían características al de las fieras. Al compás de sonidos de tambores y gritos empezó la ceremonia.
En la pista los doce movedizos jóvenes participantes del culto con sus movimientos de brazos y rodillas inclinadas expresaron el profundo respeto al entorno natural que nos rodea, el agradecimiento fue para la tierra por la producción milenaria de maíz, trigo y yuca.
La actuación fue muy aplaudida por los presentes que elogiaban a los participantes debido a la brillante personificación demostrada en donde se resaltó conocimientos históricos, religiosos y filosóficos de las culturas milenarias.
“Esto es parte del arte que busca la reivindicación de la memoria viva ancestral como patrimonio sagrado que debemos conservar por siempre”, señaló el ciudadano José Borbor, uno de los asistentes al museo Amantes de Sumpa en Santa Elena, lugar donde se cumplió el programa el pasado 9 de agosto.
La activista cultural, Hilda Díaz, fue la encargada de resaltar la cultura peninsular; en su disertación la experta pidió a los jóvenes adentrarse más a la interculturalidad, conocer la identidad de cada una de sus poblaciones, saber de las creencias y costumbres, así se fortalecerá la memoria patrimonial para continuar con el legado de sus ancestros.
“Hay que trabajar por la reivindicación del patrimonio, sabemos que todo evoluciona, pero la esencia artística y literaria la llevamos impregnada en nosotros, tenemos que encaminarnos en ellos para saber quienes somos, de donde venimos y hacia donde vamos”, pidió la experta a decenas de adolescentes presentes.
En el evento se presentó la exposición fotográfica del artista plástico Roberto González, también conocido como ´Rogo´ la exhibición se denomina fotografía infinita. En los cuadros se resaltó la inmensidad de diversos paisajes que mentalmente trasladó a los presentes hacia los lugares mostrados.
“Que hermosos horizontes, uno siente una sensación de estar en estos sitios que muestran la belleza cultural que nos regala la madre naturaleza”, resaltó el adolescente Josué Sánchez, quien sintió gran admiración por lo mostrado.
González también dictó un taller fotográfico básico para enseñar su arte con técnicas modernas y las estrategias de digitalización.