El hallazgo de un cadáver en la vía Ancón–Atahualpa, en la provincia de Santa Elena, estremeció a la comunidad no solo por la crueldad del crimen, sino por la presencia de un niño abandonado junto al cuerpo.
Las primeras versiones apuntaban a que la víctima era Jenniffer Elizabeth Del Pezo Chacón, pues en la escena fue encontrada una cédula con ese nombre. Sin embargo, a medida que avanzaron las investigaciones, se descubrió una verdad aún más dolorosa.
La identidad real de la mujer asesinada era Ginger Del Pezo, hermana de Jenniffer. La joven recibió varios impactos de bala antes de ser abandonada sin vida en una zona petrolera del cantón Santa Elena.
La confusión inicial se debió a que llevaba consigo el documento de identidad de su hermana, lo que sembró incertidumbre entre las autoridades y familiares que llegaron al lugar.
El hecho de que el menor de edad quedara con vida al lado del cuerpo sin vida de su madre ha llenado de horror a los habitantes de la zona. El niño, que fue hallado llorando, luego de haber sido chequeado por los galenos del hospital Liborio Panchana fue entregado a su abuela materna.
Ambas hermanas residían en la parroquia Anconcito, en el cantón Salinas. Sus allegados no logran explicarse qué motivó tan atroz crimen ni quién podría haber perpetrado un acto tan despiadado. El silencio de Ginger, ahora eterna, deja una lista de preguntas que ni la justicia ni el tiempo han podido responder hasta el momento.
El cuerpo de la joven fue trasladado a la comuna Valdivia, de donde era oriunda para su velorio y luego su sepultura. Mientras tanto, la Policía continúa las investigaciones, en un caso que ha dejado marcada a toda una comunidad y que exige respuestas urgentes.