Los familiares de Jesús Ávila Muñiz y Carlos Adrián Vargas Ávila, primos, dos de las siete personas abatidas durante una incursión policial en la comuna Los Ceibitos, parroquia Colonche, cantón Santa Elena, la madrugada del martes 13 de mayo, aseguraron que sus seres queridos no eran delincuentes, como señala el parte oficial.
“Ellos eran maestros albañiles. Habían sido contratados para construir una casa y no sabían lo que ocurría en ese sitio. Apenas llevaban un día de trabajo cuando se produjo el enfrentamiento con la Policía”, declaró Vicenta Ávila, hermana de uno de los fallecidos.
Durante la mañana del miércoles, un fuerte contingente policial resguardó las instalaciones del centro forense de Santa Elena, donde permanecieron los cuerpos hasta que concluyeron las diligencias legales. La presencia de uniformados buscaba prevenir posibles altercados durante el retiro de los féretros y su traslado a las respectivas comunidades de origen.
“La Policía debió identificar bien quiénes eran los secuestradores y quiénes no. Al disparar contra todos, mataron inocentes”, expresó entre lágrimas otro familiar de los albañiles fallecidos, quien señaló que su pariente dejó huérfano de padre a cuatro menores de edad.
Por su parte, las autoridades informaron que continúan las investigaciones para dar con el paradero del empresario peninsular secuestrado. En el lugar de los hechos se hallaron evidencias que confirmarían que la víctima estuvo allí y habría sido trasladada antes del operativo.
