El sistema hídrico transformó la agricultura peninsular y permitió el desarrollo de nuevas actividades productivas.
Wilmer Guale, agricultor del valle Río Javita, en la parroquia Colonche, recordó los tiempos difíciles que vivían las comunidades antes de la llegada del agua. “Las tierras estaban secas y solo se producía en invierno. Muchos comuneros tuvieron que emigrar a las grandes ciudades en busca de trabajo porque aquí no había oportunidades”, relató.
Los agricultores de la provincia de Santa Elena conmemoraron el pasado fin de semana el aniversario número 35 de la llegada del trasvase de agua a la Península, un hecho que marcó un antes y un después en la vida de los campesinos. Durante el encuentro, destacaron los logros alcanzados gracias a este recurso vital que permitió transformar terrenos áridos en campos productivos.
Con el trasvase del río Daule hacia los territorios peninsulares, la producción agrícola creció de manera sostenida. En sectores como El Azúcar, San Rafael y Río Verde surgieron nuevas empresas que hoy generan empleo para decenas de familias. Banano, uva, aguacate y otros cultivos no tradicionales, que antes eran impensables por la falta de agua, ahora forman parte de la oferta productiva de la provincia.
Mateo Lima, campesino de San Marcos, calificó al trasvase como una bendición que no solo reactivó la agricultura, sino que también impulsó la ganadería bovina y caprina, así como la apicultura. “El resurgimiento de Santa Elena ha sido en gran parte gracias al trasvase. Hoy el desafío no es la falta de agua, sino de recursos económicos para que más agricultores puedan poner a producir sus tierras”, manifestó.
Los campesinos coincidieron en que el aniversario es motivo de gratitud, pero también de reflexión sobre la necesidad de seguir invirtiendo en infraestructura, capacitación y acceso a créditos que permitan consolidar a Santa Elena como una de las zonas agrícolas más prósperas del país.
